Seguro que si eres un fan de los jamones, te preocupa saber cómo elegir el jamón perfecto cuando vienes a nuestra tienda virtual. Hoy te contamos algunos consejos con los que acertarás seguro.
A medida que publicamos te vamos dando información en nuestro blog para que conozcas mejor nuestros productos, así que ya nos habrás oído hablar de alguno de estos temas, pero no está demás retomarlos para que así encuentres el jamón perfecto.
El tiempo de curación está estipulado por normas sanitarias, pero a partir de esos tiempos ya regulados, cada marca fabrica el jamón dándole su propio toque. Además, el tiempo de curación tiene que ver con el peso del jamón, la genética del animal, el tipo de alimento que consumió y el PH en general de la pieza. Si quieres leer un poco más sobre esto, lo encontrarás en este post sobre el proceso de salado del jamón.
Pero vamos a los datos concretos: ¿Cuánto tiempo debe estar en proceso de curación cada tipo de jamón? Depende del peso de las piezas, así que aquí verás unos tiempos orientativos.
El tiempo mínimo de curación es de 24 meses, y si es ibérico de bellota entre 36-48 meses. Como excepción valdrá comentar que si las piezas son pequeñas, de menos de 7 kg, bastará con un tiempo aproximado de 20 meses. Considerando estos tiempos, y los cuidados que se le prodigan en la bodega para que aparezcan todos sus sabores, seguro que ahora entiendes por qué su precio es más alto que el de un jamón común. Además, ten en cuenta que si son de dehesa, han sido criados al aire libre y alimentados con bellotas provenientes de los encinares, lo que te garantizará unos jamones con un sabor único.
Entre 9-12 meses en bodega, que suben a 12-14 si es reserva, y a más de 15 meses si es gran reserva.
En este caso, independientemente del peso, el tiempo de curación es de 12 meses.
El tiempo de curación es de 2,3 meses aproximadamente.
En Tierra de Jamón te garantizamos que todos nuestros jamones cumplen con las regulaciones sanitarias exigidas para ofrecerte un producto de la máxima calidad.
Además del tipo y tiempo de curación, debes mirar su aspecto externo para reconocer las mejores piezas. Entre las características más evidentes, mira la consistencia general del jamón: si al tocarlo, el dedo se hunde, es que está poco curado, y si en cambio es duro, es que está demasiado curado, así que lo óptimo sería una consistencia intermedia. Mira también que tenga una apariencia homogénea y atractiva, sin hendiduras ni cortes.
Y atención con la capa de grasa que lo recubre, que debe ser blanca o con un toque ligeramente amarillento, pero en ningún caso marrón o naranja, porque eso indicaría que comienza a estar rancio.
Además, por la forma de la pata sabrás si es ibérico o no (además del etiquetado). Los jamones ibéricos son más pequeños y alargados que los jamones de capa blanca y muchos de ellos tienen la pezuña negra (aunque no todos).
Las etiquetas son de 4 colores y nos indican la pureza de raza y tipo de crianza de cada tipo de cerdo. Si quieres ampliar detalles puedes verlo en nuestro post sobre la clasificación del jamón .
Pero para sintetizar te lo recordamos:
Cerdos criados en dehesa y alimentados con hierbas y bellotas.
Cerdos 75% o 50% ibéricos (frecuentemente cruzados con Duroc). Igual que los anteriores, alimentados en la etapa de engorde con bellotas y alimentos naturales de la dehesa.
Proviene de cerdos ibéricos al 100%, 75% o 50% combinados con otras razas. Su alimentación está basada en piensos y complementada con pastos naturales en el campo.
También proviene de cerdos ibéricos al 100%, 75% o 50% combinados con otras razas. Su alimentación está basada en piensos de cereales y legumbres y han sido criados en establos o cebaderos.
Con todos estos datos, seguro que te hemos aclarado algunos conceptos que te ayudarán a elegir mejor el jamón y a disfrutarlo en toda su exquisitez.
Pasa por nuestra tienda online y elige el más indicado para tu tipo de consumo.
