Los orígenes del vino están relacionados con el sedentarismo de las antiguas civilizaciones. Este tipo de sociedades más estables, desarrollaron desde el Neolítico, técnicas y utensilios que les permitieron realizar sus tareas domésticas. Entre ellos, los tornos cerámicos que posteriormente se utilizarían para crear vasijas en las cuales se podría conservar y transportar bebidas y alimentos.
De hecho, se sabe que el vino viene desde tiempos tan remotos porque se han encontrado restos de vasijas utilizadas para este fin con huellas de ácido tartárico, málico, cítrico, etc. que demuestran taxativamente que su contenido era vino.
Los primeros hallazgos arqueológicos se encuentran en los montes Zagros de Irán (Godin Tepe) aproximadamente entre los años -3500 y -2900 AC. O eso se creía, porque en realidad, en 2017 se descubrió que había restos aún más antiguos en una zona cercana a Tblissi, (la capital de Georgia) que databan del -6000 AC.
En España, fue introducido por los fenicios hacia el -3000 AC y dada la adaptabilidad de la vid, se sabe que también se expandió por toda Europa.
Hacia el -1000 AC las vides se comenzaron a cultivar en Cádiz y continuaron su expansión durante el imperio romano, pero posteriormente, con la conquista árabe, el cultivo y consumo se estancó por las restricciones religiosas.
A partir del s.IX se vivió un auge porque proliferaron los monasterios cristianos sobre todo en la zona norte de la península, y como bien sabemos, eran los frailes quienes fabricaban esta bebida. También influyó en el desarrollo, la llegada de los Reyes Católicos que comenzaron a reconquistar la península de manos de los musulmanes y a recuperar las tierras para el cultivo. La conquista de América facilitó las exportaciones a nuevos territorios y también lo llevó a Inglaterra.
Este crecimiento continuó hasta el siglo XIX donde por la llegada de la filoxera (una enfermedad producida por un pequeño pulgón que ataca a las vides), se destruyeron gran cantidad de viñedos. A continuación y antes de que el sector se recuperara, las guerras mundiales asolaron Europa, afectando aún más si cabe a la producción española.
Aunque en los años ‘30 del pasado siglo se crearon las primeras denominaciones de origen, recién a mediados del s.XX comenzó la recuperación con las exportaciones de vinos riojanos y de Jerez significando un repunte del sector.
Hacia la década de los ‘70 y ‘80, comienza a modernizarse, profesionalizándose con las ayudas de la Comunidad Europea y llegando a la evolución en la que se encuentra actualmente.
Sin duda, es un sector que está en constante desarrollo y que impulsa la economía de nuestro país ya que somos el 3º país exportador del mundo. Además, genera empleo y contribuye al desarrollo de zonas rurales y al turismo.
En Tierra de Jamón estamos orgullosos de nuestros productos, por eso comercializamos los exquisitos vinos que puedes encontrar en nuestra tienda, que junto con los jamones, embutidos y aceites, harán las delicias de los paladares más exigentes.
