Posiblemente esta tradición tenga un origen muy antiguo, se cree que pagano. Se sabe que los pueblos germánicos ofrecían el sacrificio de un jabalí a sus dioses solicitando fertilidad, riquezas o algún otro bien. Luego se aprovechaban los restos del animal preparando jamones.
La tradición cristiana adoptó esta costumbre de entregar el jamón como regalo, en símbolo de abundancia.
España, siendo uno de los principales exportadores de jamón al mundo, ha mantenido (¡y con razón!) esta costumbre que todos disfrutamos tanto.
Sin duda, otra buena costumbre en nuestro país. En realidad esto tiene un origen más antiguo: los nobles romanos solían entregar este obsequio a sus trabajadores durante las Saturnales de diciembre. El nombre de este regalo era "sportula" y aunque no era una cesta como las que conocemos actualmente, consistía en una cesta de mimbre con frutas y alimentos que no estaban normalmente al alcance de los trabajadores.
Mucho más tarde en la historia, una tradición similar se encuentra en las colonias inglesas donde los propietarios nobles hacían un regalo a su servicio doméstico el 26 de diciembre, día de San Esteban.
En España se instauró a fines del siglo XIX en las instituciones estatales y a mediados del siglo XX se popularizó en las empresas privadas, a causa de la miseria generada por las guerras mundiales que asolaron Europa. Se estableció por ley, con el objetivo de proporcionar unos ingresos extraordinarios a los trabajadores que compensaran el alza de los precios y el encarecimiento del nivel de vida que se produjo en esas épocas de posguerra.
En las empresas, la tradición original fue también con una cesta con alimentos selectos como patés, turrones y bebidas como cava o vinos, pero ha ido evolucionando hasta las actuales cestas, que incluyen una pieza de jamón y lotes de ibéricos en un cofre o baúl.
En Tierra de Jamón somos especialistas en este tipo de regalos que llenan de ilusión y no pueden faltar en estas fechas.
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