Decantar un vino es una tarea que es conveniente realizar, sobre todo si hablamos de disfrutar de un vino con una cierta edad. Y los decantadores, con su boca más ancha que la de una botella normal, y con mayor superficie de contacto entre el aire y el vino, cumplen su función de oxigenación a la perfección. Permiten además, que si en las botellas hay algún poso, este se separe del vino y así lo disfrutemos mejor.
Pero las desventajas vienen a la hora de limpiarlos porque son muy delicados y los recovecos del diseño hacen que sea una tarea complicada…aunque fundamental.
Si un decantador nos sirve para descubrir mejor un vino, despertar sus aromas y renovar su sabor, no es conveniente que encontremos en él restos de jabón o marcas de sal que afectarían al sabor de nuestro vino.
Así que hay que ser muy cuidadosos y hay varios trucos que te pueden servir (algunos son más caseros, y otros son de catador profesional), así que vamos allá.
Es la opción más sencilla y que tenemos a mano en todas las casas. Antes de comenzar, vierte agua caliente en el decantador y déjalo durante 10 minutos. A continuación, cambia el agua y mezcla un 10% de vinagre con 90% de agua. Esta proporción puede variar hasta el 20% de vinagre, pero no deberías llegar nunca al 50%.
Déjala durante 5 minutos y luego remuévela dentro del decantador hasta que se despeguen las impurezas. Si quedan rastros de pigmento o de sal puedes utilizar un cepillo de los que se utilizan para limpiar biberones o unos especiales que son muy largos y flexibles y se pueden adaptar a la forma de tu decantador.
Existe otra forma más profesional de limpiarlos que consiste en la utilización de bolitas de acero inoxidable. La marca Riedel las creó hace ya algunos años y se colocan dentro del decantador junto con agua y se las hace girar con movimientos circulares (como se hace con el coñac en la copa). Esto hace que se arrastren las impurezas que están pegadas en las partes más difíciles.
Hay una forma más económica de hacerlo que es con hielo molido y una pizca de sal. Tendrá un efecto abrasivo que desprenderá los restos. Luego deberás lavarlo con agua tibia porque tampoco te interesa que queden huellas de sal por dentro. Hay quien utiliza también granos de arroz en lugar de hielo picado y produce un efecto similar.
Por último existe una herramienta muy especial que también se utiliza y que consiste en un cepillo magnético que tiene dos partes, una que se mueve por fuera del decantador mientras la otra parte queda adherida por dentro con un imán. Se agrega agua con jabón y luego se introduce la pieza interna (puedes verlo en funcionamiento en este video >). De esa forma se puede limpiar desde fuera, mientras la pieza interna se va deslizando por todos los rincones dentro del decantador.
Finalmente y como último consejo, ten en cuenta que el secado también es importante, así que una vez finalizado el lavado, ponlo a escurrir hacia abajo para que gotee y sécalo cada cierto tiempo para que no queden huellas de gotas y consigas una limpieza profesional de tus utensilios.
