En Tierra de Jamón sabemos que paladear un buen jamón es un auténtico placer. ¿A quién no le gusta relajarse con un platito de este manjar, bien cortado y bien acompañado?
Sin embargo, algunas veces cuando estamos en casa y nos ponemos a abrir la pieza entera que hemos comprado, nos asaltan algunas dudas y no acabamos de sacarle el máximo partido.
No os preocupéis, os dejamos con los primeros 3 consejos que harán que comencéis a disfrutarlo como se merece.
¿Por dónde hay que abrir el jamón? ¿Por la maza o la babilla? La maza es la parte ancha, donde la grasa está bien infiltrada, y la babilla la parte de abajo más fina.
Si sabemos que vamos a consumir nuestro jamón muy rápido, debemos empezar cortando por la maza, que es la parte más jugosa. Por el contrario, si sabemos que lo vamos a consumir más lentamente, hay que empezar por la babilla para que seque menos.
Hay que limpiar el jamón del exceso de grasa, pero no demasiado. Si quitamos en exceso la parte blanca, en cada loncha lo que nos estamos perdiendo son las propiedades organolépticas y saludables del jamón. La grasa blanca también ayuda a conservarlo más jugoso durante todo su consumo.
Un truco para que no se seque, es depositar un trozo de esta grasa encima de donde se ha hecho el corte.
La grasa amarilla en cambio siempre hay que eliminarla porque es una grasa rancia, que nos dará mal sabor y no nos dejará apreciar todos los matices del bocado.
Intenta que tus cuchillos estén bien afilados y que el corte deje el jamón en línea recta evitando el corte que lo deja con la típica forma redonda.
Sabemos que no es fácil, pero con la práctica cada día sale mejor. Si mantienes un corte recto, podrás aprovechar al máximo tu jamón.
Y después de esto, ¿no os apetece una tapa de jamón?
